Ecuador: varios mundos en uno solo.
Ecuador reúne varios mundos en uno: Andes nevados, selva amazónica, costas cálidas y el archipiélago de Galápagos. Sus ciudades como Quito y Cuenca combinan arquitectura colonial con mercados indígenas y vida contemporánea, mientras pueblos conservan tradiciones ancestrales. Volcanes, ríos, aves únicas y sabores diversos reflejan la riqueza natural y cultural del país, haciendo de Ecuador un destino que sorprende en cada rincón y seduce a quienes buscan aventura, historia y naturaleza.
Islas Galápagos: El regreso a la naturaleza esencial
Las Galápagos, flotando en el Pacífico a casi mil kilómetros de Ecuador, son un archipiélago de ensueño donde la naturaleza se muestra sin filtros. Volcanes, playas y senderos revelan criaturas extraordinarias: iguanas marinas que se zambullen con gracia, piqueros de patas azules que danzan en rituales de cortejo, tortugas gigantes que avanzan con siglos de sabiduría y lobos marinos que descansan junto a los visitantes. Bajo el agua, los arrecifes vibran con tiburones martillo, rayas, tortugas y cardúmenes que parecen pinceladas vivas, transformando el buceo en un viaje a un mundo paralelo donde cada instante asombra.
Cada isla de las Galápagos tiene su propia personalidad y ritmo. Santa Cruz, con su vibrante Puerto Ayora, es el corazón logístico; Isabela se extiende como un continente en miniatura con volcanes activos y playas interminables; San Cristóbal invita a la contemplación con sus acantilados; y Fernandina, la más joven y salvaje, recuerda que la tierra aún se está formando. Más allá de su biodiversidad, las Galápagos enseñan equilibrio y respeto por la vida. Visitar este archipiélago es descubrir un lugar donde cada especie tiene su espacio y dejarse transformar por la magia de un mundo que aún respira libre.