Mucho más que arena y mar.
República Dominicana va más allá de sus playas icónicas como Punta Cana y Bávaro. Su historia se siente en la Zona Colonial de Santo Domingo, su música y baile laten en merengue y bachata, y el béisbol refleja su pasión. En las montañas, Jarabacoa y Constanza sorprenden con valles frescos, cascadas y paisajes inesperados. Aquí, cultura, aventura y gastronomía se mezclan, mostrando un país vibrante que invita a descubrirlo más allá de la postal tropical.
Más allá de sus paisajes, República Dominicana destaca por la riqueza de sus ecosistemas y la variedad de experiencias que ofrece. Desde los manglares del Parque Nacional Los Haitises hasta las aguas cristalinas de Isla Saona, el país alberga reservas naturales, playas vírgenes, montañas frescas y valles fértiles que permiten combinar descanso con exploración. La biodiversidad es notable: aves migratorias, tortugas marinas, ballenas jorobadas y especies endémicas conviven en entornos protegidos que pueden recorrerse en lancha, a caballo o a pie, siempre con guías locales que comparten su conocimiento y orgullo por el territorio.